Pero hija, no vengas a buscarme al trabajo …
Con lo que tiene que aguantar este apuesto profesor de universidad a diario ya que las veinteañeras están cada vez más salidas y no paran de rondar por su clase para follárselo, y además tiene a su hija allí cada dos por tres pidiendo cariño porque trabaja a dos manzanas del centro escolar … joder, es que algunos hombres son unos desgraciados, tienen chochitos que follar casi a todas horas, que coñazo debe de ser esa sensación, no? jajaja. La carne es débil y todos los días tenemos que hacer ejercicios de contención, pero coño, ésto es demasiado y ese culo no merece pasar hambre.