Vaya culo que tienes Alma Blue
Alma Blue se había puesto su nuevo conjunto de lencería, un corse, guantes largos de lencería y unos pantis de un blanco níveo y virginal. Así esperaba a James, pero la excitación pudo con ella, no pudo resistirse, un calorcito recorría su entrepierna y no pudo evitar meter sus deditos bajo las mallas. Claro, un agujerito se abrió bajo por culpa de sus uñas. La sorpresa se había esfumado, o quizás no, seguro que James podía echarle un vistazo, a ver si se podía hacer algo. Aunque lo único que hizo fue lo que le pedía el cuerpo, agrandar el agujerito, romper un poco más los pantis y tapar otro agujerito, el de su magnífico culito.